UN AMOR DURA LO QUE DURA UN SUSPIRO
Los arboles anunciaban que el verano estaba cerca. El corre corre y el estrés de las clases no le permitían a Thomas recordar que faltaban un par de días para lo que sería, sin tener idea alguna, una de sus mejores aventuras.
10:35 pm, Thomas alistaba con prisa su maleta. Rebuscaba en cada cajón prendas que completaran un buen 'outfit' y revisaba que nada se le fuera a quedar- como siempre le pasaba-.
Protector solar, gafas para el sol, traje de baño... todo parecía ya estar listo. Cuando cerraba la cremallera recordó que le faltaba lo más importante.
-¡Qué güeva! ! -dijo en voz alta-.
Había olvidado empacar sus documentos personales -eso sí que era importante-.
Por la ventana se colaba un rayo de sol que se posaba justo en sus ojos. Rayo que poco a poco fue entran por sus parpados y en un santiamén le hizo abrir los ojos y pensar si le había cogido la tarde.
Parecía mentira lo que estaba viviendo Thomas, su primer viaje sólo.
La leve brisa en la orilla del mar le recordaba que estaba allí y con una sonrisa pícara pensaba en todo lo que haría en esta aventura. La luna ya estaba acompañada por las estrellas cuando Thomas salió a dar un paseo. Perdido en ese despejado cielo, con muchos puntitos brillantes y una luna que pareciera moverse junto a él sacó su móvil para buscar a alguien por una de esas aplicaciones que sirven para conocer gente-no la vida real, una app llamada Tunder-.
Vestidos de baño, chicas bronceadas, mar y fotografías con mensajes un poco poéticos se encontraba en la app. Para la izquierda las chicas que no le interesaban y para la derecha las que le atraían, hasta hacer un 'match'.
Después de unos cuantos minutos apreció lo que estaba buscando. Una chica morena, guapísima, de cabello muy rizado, que según su descripción también estaba de viaje, inició una conversación con Thomas.
-Hola!- escribió con entusiasmo.
-Hola!- respondió Thomas con la misma emoción.
Después de cruzar unos cuantos textos se dieron cuenta que se estaban hospedando en hoteles muy cercanos, situación que los llevo a verse con más prisa. Después ver cada uno la ubicación del otro se pusieron cita en un lugar cercano para ambos.
Eran ya las 11 de la noche cuando frente a la luz de una fogata Thomas divisó la figura y la característica cabellera de Isa, con quien había texteado minutos antes pero no estaba seguro de que ese fuera su nombre real.
Con un gesto rápido y un poco tímido Isa levantó la mano para dar cuenta de que había llegado y de que sí, era ella y era real.
El típico ¿cómo te llamas?, ¿a qué te dedicas?, ¿estudias, trabajas?... pasaron tan rápido que ninguno de los dos se percató en qué momento estaban de vuelta en la orilla del mar recorriéndola como por vez primera.
La fogata que llevaba toda la noche encendida hacía compás con la música a todo volumen que tenía un grupo de viajeros. Los mismos que invitaron a esta pareja a unirse y disfrutar con ellos.
De fondo sonaba 'Tutu' y cual momento digno de telenovela mexicana romántica Isa y Thomas se perdían en sus miradas mientras se acercaban cada vez más.
-¿Qué haces? Pensaba Thomas reprochándose a sí mismo.
-¿A caso no es demasiado lindo? Pensaba ella.
Sin pensarlo más hicieron lo que juntos querían pero no se atrevían...
(si quieres saber qué pasó entre Thomas y Ella, haz click aquí)

